Arequitaa

bueenoo
feaa yoo en la fotoo
pero un recuerdoo precioooso
en el cerro
casi despues de lo del higo jajaaj
besiii 

Este es el relato del viaje a Minas, ya antes de llegar nos vimos enfrentados a una situación delicada, pero ahorremos esa parte, y empecemos desde el momento en que llegamos a la cabaña, entre el cerro de los cuerv… de los buitres y el cerro Arequita. El lugar precioso, a orillas de la laguna y con tremenda vista, nosotros felices.
Lo primero, recorrer el camping, aunque todo mal porque los juegos eran sólo para niños, una desilusión…
A la tarde, decidimos subir el cerro, por la parte bajita obvio, alpinistas por ahora no. Lo más memorable de la travesía, quizás más que el cráneo de vaca en el que practicamos odontología, fue la gran cantidad de materia fecal que… no, en serio, NUNCA había visto TANTA mierda junta. No sé como hicimos para esquivar eso, pero juro que nunca me voy a volver a quejar de las calles de acá… aunque esa caca trenzada de las vacas no tiene tan feo olor.. en fin… ya voy a hablar de las vacas.
No voy a describir como subimos el cerro, pero hay que mencionar al dueño del terreno de al lado que muy amablemente nos invitó a retirarnos. Lo hubiéramos mandado a la mierda pero como ya estábamos ahí… En fin, después de atravesar un par de alambrados (nadie vio nada) nos pusimos en marcha de nuevo.
Lo más sorprendente del cerro, sin duda, fue encontrarnos con cuatro malvadas, asesinas, fieras y peligrosas… vacas. Vacas de mierda que en unos segundos recorrieron para abajo todo el camino que a nosotros nos llevó como una hora… ¿¡si una vaca puede, por qué yo no!? Bueno, obviando a las vacas, llegamos a la cima y la vista era impresionante, quizás nos asustó un poco el movimiento entre los arbustos causado por, sí, por las vacas, pero sobrevivimos.
Igual, estoy orgullosa de mi misma porque no me caí… bueno no me caí mucho. Y cuando lo hice, no podía ser una caída normal no, TENIA que caerme en la planta que tenía espinas. Sí, TENÍA que apoyar la mano en LA espina. Sólo una palabra: DOLOR.
Exagero, no dolió tanto, eso no…
En fin, volvimos a la cabaña y después de algunos inconvenientes al hacer los mandados (nadie se va a quejar de ahora en adelante por ir al almacen no?) intentamos prender la estufa. El humo fue lo último que recuerdo…. No, mentira, sobrevivimos y estuvimos calentitos. Nos dormimos a eso de las 9… bueno, dormir es un decir, nos acostamos a eso de las nueve, y a las 2, aburridos ya, creo que nos dormimos. Eso no impidió que nos levantáramos a eso de las 10.
Ese día, el objetivo fue diferente. Habíamos subido el cerro, ahora íbamos a las grutas del Arequita. Y todo
caminando, sí sí, a patita. Y no hubo vaca, alambrado o mierda que nos lo impidiera. Tal vez un guanaco medio
jodido pero, en fin, pasamos por otro lado.
El almacén… llegar desde la cabaña, al parador, y de ahí atravesar todo el campo (mierda, vacas, pasto, sí,
fue mas o menos eso), llegamos al camping arequita, cerca del almacén. Ahí comimos LAS milanesas, que todavía
recuerdo con cariño, y después volvimos porque a las 4 era la visita a las grutas.
Pero como llegamos a eso de las 3 y algo teníamos que hacer, fuimos al monte de ombúes, un lugar precioso donde
también la pasamos bien y sacamos fotos preciosas, además de descubrir nuevos tipos de mierda (esa parecía maní
con chocolate!!), descubrimos que se puede escuchar el silencio.. mmm mas o menos…
Al fin, volvimos al parador, donde tuve un percance con un higo tuna… digamos que todavía me estoy sacando las
espinas, pero prefiero no hablar del tema (ouch).
Cuando llegó el guía, nos habló del cerro y de cómo era por afuera y de cómo se parecía a lo de adentro. Nos
avisó que en la cueva había grillos y murciélagos… ah, y vampiros pero bueno, sobrevivimos no? Nos aclaró que
aunque se llame Laguna de los Cuervos, debería ser de los buitres… y que Arequita viene de Araicahuita, que es
“agua de las altas piedras de las cuevas” o algo así.  
En fin, entramos, en silencio para no molestar a los bichitos, y la cueva húmeda y oscura estaba apenas
iluminada… Cuando el guía apagó todas las luces, no vimos NADA. Y de verdad nada, oscuridad total. Luego
prendió las luces de nuevo y nos habló sobre el cerro… pero bueno, es largo. Los chilliditos de los vampiros
(porque los murciélagos y grillos están hibernando ahora) eran un poco inquietantes, pero no más que cuando una
vaca te mira así fijo, y como ya estábamos acostumbrados….
Salimos, algunos con más ganas que otros, y volvimos a la cabaña. Durante ese viaje, ya con la puesta de sol
detrás, las estrellas apenas saliendo, y las vacas mugiendo (maullando según una que yo sé…), nos dimos cuenta
de que no estábamos cansados. Y eso que habíamos caminado todo el día.
Llegamos a la cabaña, comimos, nos bañamos (con esa ducha, fue lo más difícil), y al final nos fuimos a dormir,
más tarde esta vez porque nos quedamos viendo una peli… que no terminamos pero ta.
Y dormimos bien abrigaados y tapados y nos despertamos al otro dia… para irnos. Sí, la parte triste de la
historia.
Así que armamos los bolsos, ordenamos y nos fuimos.
Pero la pasamos bárbaro.
Volveremos!