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Ya he dicho antes, que para mí el 121 tiene algo de mágico. Y no, no me paga Cutcsa para escribir esta entrada (yo qué sé, tanto putear al 427 que es de Coect, van a pensar que es una especie de campaña o algo así...), lo hago de corazón (aww).
La mía con esa línea de ómnibus, es una relación de amor-odio. O lo tengo que correr, o lo espero dos mil horas. No hay términos medios en nuestro romance (?) Así que hoy, luego de salir de profesor particular -estaba ahí desde hacía muchas horas-, lo esperé bastante rato, con el estómago gruñendo agresivamente.
Me subí y gracias a Margot había lugar, pero JÁ, sólo porque ahí daba el sol. Me lo banqué porque soy una lady, y unas paradas después, se subió un flaco con una guitarra.
¿Qué cantó?
Blackbird, una de esas canciones que me dan cosquillitas en la panza. Ya el hecho de que no cantase una de Arjona o Luis Fonsi estaba todo bien, pero Blackbird... es amor!
Y después, Wish you were here. Me morí, pero justo me tenía que bajar, así que maniobré para sacar un par de monedas y dárselas antes de correr a la puerta -dos pesos es poco por alegrarme el día, pero fue lo que pude encontrar en mi mochila-.
Ese par de monedas que, justamente, fueron las que me faltaron para poder comprarme algo de almorzar en la panadería, así que tuve que volver a casa con la perspectiva nada agradable de hacerme unos fideos -soy tan pancha que ni eso me sale bien-. Pero oh, encontré unas moneditas arriba de la mesa, y volví a la panadería para almorzar con algo que se asemejara a comida.

Soy feliz. Y ahora estoy en casa, escuchando Wish you were here a todo volumen. Ojalá a los vecinos les guste Pink Floyd...

How I wish, how I wish you were here
We're just two lost souls
Swimming in a fish bowl,
Year after year,
Running over the same old ground.
What have we found?
The same old fears
Wish you were here