miércoles, 1 de septiembre de 2010

Porvenir por venir...

Por algún extraño motivo, siempre que imagino cómo sería mi futuro, tengo la misma idea. No es que yo la construya, es la imagen que se me aparece en la cabeza al momento de pensar en el porvenir.
Yo. En un apartamento, de esos que no son particularmente grandes. Que tienen un ventanal o un pequeño balcón con vista a la ciudad. Porque está en un piso alto, aunque no muy alto. Aunque no sé qué ciudad será.

Siempre hay una computadora abierta, prendida, y el sonido de las teclas acariciando ideas. Siempre hay una sensación de atemporalidad, como si no tuviera horarios. Siempre hay una luz extraña, como la mañana, o como el crepúsculo.
Y, esto es lo divertido, hay un gato. No hay nadie, pero no quiere decir que nunca haya nadie.


¿Qué es lo que imagino cuando no me dejo llevar por esos pensamientos repentinos?
Algo no tan diferente.
Pero me doy el lujo de agregar un par de detalles, como una pila de libros -novelas, biografías (que me encantan), y probablemente libros de estudio, porque ese futuro no lo veo tan lejano-, una taza de té vacía por algún lugar, desorden, música...
Imagino gente, amigos, familia. Imagino cine, imagino conciertos, imagino teatro. Imagino noches, tardes, días. Imagino tantas cosas...

¿Quién sabe qué va a pasar?
Pero ese futuro no me desagrada. Sobretodo porque no es imposible.

¿Quién no soñó con fama, con cuentos de hadas, con algo inverosímil?
Que levante la mano...
Sí, ya lo imaginaba.

1 comentario:

  1. Si yo levanto la mano, jeje. Y sigo soñando, aunque cuando no sueño todo eso, mi realidad es bastante distinta, salvo por el portatil siempre encendido y yo escribiendo, jeje.

    Me ha gustado la forma en la que te has expresado!!

    Un beso guapa!!

    ResponderEliminar